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viernes, 24 de abril de 2020

LAMPARA DE LA ABUELA




Me dio mi  madre, en esos días que me escapo de mi casa para verla y de paso hacemos sesión de labores y pase de cine, esta lamparita que no recuerdo bien en qué casa de qué abuela se encontraba, porque no la sitúo en ninguna habitación de nuestra casa.
Necesitaba una lamparita para un hueco, mi casa es muy pequeña, y a lo largo de todos estos años, he tenido que reinventarme para adaptar las necesidades de mis hijos y mías a los tiempos de estudio o etapas laborales. 
Arreglé como pude el portalámparas, que también daba pena cambiarlo por uno nuevo, y compré una pantalla que se adaptara al espacio donde iba a estar destinada. 

 Duró poco el arreglo eléctrico y la pantalla resultó ser tan opaca que no dejaba pasar la luz que necesitaba, por lo que busqué otra solución y está se quedó en el estante de TAREAS PENDIENTES. 

Sirviendo de modelo una muestra de la colcha de mi madre, me puse manos a la labor y en mis ratos tontos de sillón fuí haciendo pasada hoy, pasada mañana, las cuatro piezas de encaje unidas entre sí y que tenían justo el tamaño del perímetro de la pantalla. 

Hoy he hecho el trabajo manual muy rápido, hasta en tanto mi hijo pueda entretenerse arreglando el circuito eléctrico y la hagamos funcionar.
He recortado las cuatro caras de la pantalla dejando a modo de esqueleto las cuatro aristas verticales 
He cosido con un simple hilván un trozo de tela de lino cubriendo toda la pantalla. 
Por último he colocado simplemente encima el encaje. 

QUEDA PENDIENTE
arreglar la lámpara,
comprobar la luminosidad y el efecto de ese esqueleto.
y dependiendo del resultado, 
VERÉ SI hago una nueva pantalla sirviéndome de los alambres de esta pantalla ya reciclada.

Y cuando decida este gobierno que podemos salir a la calle a comprar otras cosas que no sean esenciales, veré también de encontrar el almidón para planchar el encaje y quede digna del mejor anticuario 

Y aquí queda ella para poder enseñársela a mi vecina, que tenía ella otra con la misma opacidad y que tampoco le gustaba ya. Quería luz limpia y no luz ambiental. 





miércoles, 22 de abril de 2020

LO MISMO SIRVE PARA UN ROTO QUE PARA UN DESCOSIDO

Hoy ya día de San Jorge, Patrón de mi ciudad, de este año 2020
y como la compra de ropa no es TAREA ESENCIAL, y puede esperar, mientras seguimos retenidos en nuestros domicilios, por este Estado de Alarma (¿erán sólo 15 días, prorrogables por otros quince?) aprovechamos para ordenar los armarios y hacer limpieza. 
Qué tendrá la ropa vieja, que cuánto más vieja, más nos cuesta parle el pase a la basura.
Este es el segundo pantalón que arreglé a mi chico. El primero tan roto estaba que decidí (con su permiso) cortarlo por encima de la rodilla y reforzar alguna cosa para que al menos durara otra temporada, hasta en tanto podamos volver a comprar ropa y si la economía nos lo permita. 
Con los trozos de camal de aquel pantalón he reforzado este otro pantalón que estaba más decente (si decente era ese corte descomunal que tenía a la altura de la rodilla) ES LA MODA, me decía... y sonrio porque sus hijos le han de mantener joven por necesidad. 



Este otro pantalón fue más complicado:
ROTO POR DENTRO EL BOLSILLO DELANTERO
AGUJEREADO EL PANTALÓN EN ESE BOLSILLO ESTRECHO VERTICAL
DESILACHADO LA ABERTURA DEL BOLSILLO

Descosí el fondo del bolsillo para poder maniobrar al hilvanar y a la hora de meter en la máquina de coser.
Descosí también ese pespunte vertical que me dividía el bolsillo en dos y que terminó de agujerear el pantalón. 
No me ha importado poner color a la vida que bastante triste es estar encerrada en casa, ya llevamos ¿cuarenta días? porque vivo en una calle estrecha y un entresuelo dónde la luz es un bien escaso y que echo mucho de menos. 
Primero remendé a punto escapulario el bolsillo desgarrado, era difícil plachar el desgarro en esa zona. 
Hilvané después ese trozo de algodón para rezorzar la tela que del roce de las llaves estaba muy castigado. Un hilván al borde para que luego la aguja de la máquina de coser no se encontrara ningún pliegue que no controlara yo. 




Preparado y remendado el bolsillo por dentro, ahora tocaba buscar un trozo de tela que no desentonara con el color del pantalón VERDE MILITAR.


Un buen momento para aprovechar para caminar, pasillo arriba, pasillo abajo, abriendo cajones a la busca y captura de algo que pudiera servirme para el remiendo 
¡¡¡ MENUDO REMENDÓN !!! es el que me va a tocar hacer
Si busco una tela para poner abajo igual le molesta y le hace herida en la piel....
Si lo hago por el exterior, la tela no ha de cantar mucho.... RESISTIRÉ... es lo que me pide a gritos este pantalón, y mi mente también.

  


 Y aquí la encontré, un retal pequeño de una tela verde, que debí de guardar en un rinconcillo para el por si acaso.


tapo el agujero y refuerzo la boca del bolsillo.  
Vuelvo a hilvanar casi en el borde para que cuando meta la aguja de la máquina no me pise el color fucsia y me cueste retirar el hilván.




Y este es el revés del bolsillo





PULIDOR PARA LOS MUEBLES

 Este Estado de Alarma, no nos alarmemos, pero creo que va a dar para mucho, y a mí creatividad no me falta.  
Me encontré, ordenando armarios, esta mopa nueva, que por alguna razón compré y debió de ser pequeña, porque me la he encontrado reventada por los laterales y sin usar. 
Y como tengo la máquina abierta, aquí, al lado del ordenador, que la saqué para crear las primeras mascarillas quita-pánico, aunque luego he seguido haciendo para protección y las he llamado mascarillas protectoras de tomaduras de pelo, habida cuenta del escándalo descomunal de aquellas primeras mascarillas (del tamaño de unidades pedidas).
Me llegaron a decir, a quien ofrecí, que en la farmacia de su barrio, bajo mostrador, les vendieron unas mascarillas caseras, por supuesto sin homologar : que sí sirven, que no sirven, que sí sirven pero que no protegen, quesíqueno, la máquina de coser aquí se quedó
Y aprovechando, mientras voy pasillo arriba, pasillo abajo, aquí teneis mi creación




Corté la goma central, y la mopa por la mitad, y con cuatro trozos de tela hice un sandwich
TROZO DE TELA RECTÁNGULAR
TROZO DE MOPA

TROZO DE TELA RECTÁNGULAR 
les hice un pespunte

 Volví a pespuntear, pero esta vez solo los dos trozos de tela rectángular, sellando de esta forma a modo de empanada 

Y con el trozo de goma, lo volví a cortar, está vez en dos y uní cada uno de los dos trozos al remate haciendo la pieza circular y convirtiendo la mopa en dos guantes para sacar el brillo a mis muebles 

En otro rato te contaré cómo encero mis muebles, al tiempo que protejo y trato para la carcoma.