Después de hacer el ARRULLO, me dejé pendiente esta labor, con el rizo que sobró, recorté circunferencias de 20 cm de diámetro en un folio y terminé haciendo el patrón para los baberos.
Hecho el patrón, ya podemos recortar el y zigzagear toda la circunferencia para que no siga deshilachándose el tejido, que los trocitos de rizo son tan incómodos como podrían ser las plumas, muy volátiles.
Si te apetece o si no tienes máquina de coser que zigzagee, puedes rematar con un bies todo el babero, yo sólo he puesto el bies en la zona del cuello para poder ponerselo al bebé.También podría haber elegido el color blanco, pero tenía tela amarilla y he realizado yo misma el bies por lo que el coste de los baberos han sido cero euros, solo tiene un coste incalculable de mucho cariño e ilusión por ver a ese bebé babear y balbucear su primera ma-ma.
Y ya me ha dicho el mismo mensajero que se los llevó, que a la madre la sorprendimos gratamente con algo que no se esperaba.
De mi época de mamá primeriza, recuerdo con cariño aquellas semanas de baba continua. Mi bebé siempre estaba seco y listo para las visitas, los paseos, las supervisiones de quien te daba consejos sin haberlos pedido.
Y algo parecido algo yo aquí, escribiendo, y diciendo a quien recibe los baberos o quien me lee esta entrada que los BABEROS INTERNOS se los colocaba siempre debajo de su ropita de calle, siempre lista la personita para la revista, siempre seco su pecho por protección.
Y al igual que cambiaba el pañal, cambiaba los baberitos. Pañal a la basura, babero a la lavandería. Y bebé sano, feliz y el más guapo de la contornada.
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